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Salvador Dalí

El erotismo, las drogas alucinógenas,

las ciencias del átomo,

la arquitectura gótica de Gaudí y

mi amor por el oro, presentan un común de dominador:

Dios está presente en todo.

En el corazón de las cosas se esconde

la misma magia y todos los caminos conducen a la

misma revelación; todos somos hijos de Dios

y todo el universo tiende a la perfección del ser humano

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