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Rimbaud

‎Un atardecer senté a la belleza sobre mis rodillas. 

Y la encontré amarga. Y la insulté.


3 comentarios:

  1. Y ésta es de mi cabecera. Junto a Baudelaire, sabes que son mis amores. Aún no distinguí quién sería mi marido y cuál el amante, pero allá van estos dos malditos franceses perforándome siempre ~

    Un beso o 2 #

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